Ella:-Si no necesita verme, yo necesito verlo a usted.
Él:-¿Mi retrato y mi voz no le bastan?
Tenía miedo de influir directamente en mi estado de ánimo, pero yo había insistido mucho para verlo, demasiado, pues se había encaprichado en no darme el gusto.
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Sólo palabras sinceras.